El verdadero reto de mi vida, mi verdadera dificultad, soy yo. Siempre he sido yo.

Hasta donde puedo recordar siempre he tenido miedo.  Miedo al fracaso, a decepcionar a la gente, a hacerles daño, a que me hicieran daño. Pensé que si mantenía la guardia y me centraba en otras cosas, en otra gente, si conseguía no sentir siquiera, tampoco sentiría ningún dolor. Pero la fastidié. No solo bloquee el dolor, también bloquee el resto de cosas, lo bueno y lo malo, hasta que no quedó nada. Está bien vivir sólo el momento, pero la mejor parte del momento es que habrá otro mañana y voy a conseguir que merezca la pena.